Lionsgate y Gita Hall May han llegado a un acuerdo para que la casi octogenaria modeló retire su demanda por infracción de derechos de imagen contra la productora de Mad Men. Una vez más, nos quedamos con las ganas de saber qué hubiese pasado si el caso hubiese llegados los tribunales.
Como comentamos en nuestro anterior post, «Mad Men, la modelo y el right of publicity«‘, la modelo reclamaba una jugosa indemnización por la utilización de su imagen en la cabecera de la serie. No se discutía el uso de la imagen en sí, sino la posibilidad de que se tratase de un uso lícito protegido por la libertad de expresión de Lionsgate, tal y como explicamos en nuestro segundo post, «Libertad de expresión y derecho a la propia imagen: Mad Men 2«‘.
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Desde mi punto de vista, Lionsgate tenía un caso sólido frente a Gita debido a la protección que la Primera Enmienda confiere a los trabajos de carácter artístico como el llevado a cabo por la productora en la cabecera de la famosa serie. Puede afirmarse que no existe un uso transformativo como tal, pero es difícil negar que la imagen forma parte de un todo cuyo valor artístico merece protección.
En cualquier caso, nos quedamos con las ganas de saber qué hubiese pasado. Lo más probable es que la propia aseguradora de Lionsgate haya decidido mediar en el asunto para evitar dos cosas. La primera, el riesgo de enfrentarse a las cuantiosas indemnizaciones a las que nos tienen acostumbrados los tribunales californianos. La segunda, evitar un precedente negativo que anime a otras modelos y marcas que aparecen en la cabecera de Mad Men sin que nadie les haya pedido permiso.
#derechoymoda 